Una alimentación Low Carb High Fat (LCHF) o baja en carbohidratos y alta en grasas, es aquella en la cual reducimos la ingesta de alimentos altos en almidón y azúcares y aumentamos el consumo de grasas saludables.
En la actualidad las dietas LCHF están en tendencia. Esto se debe en parte al fracaso de las políticas gubernamentales que, durante las últimas 5 a 6 décadas, han promovido una alimentación cargada de carbohidratos en donde las grasas, en particular las saturadas, han sido demonizadas.
No obstante, las enfermedades crónicas como la resistencia a la insulina, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares, siguen al alza. Asimismo, el sobrepeso y la obesidad han alcanzado niveles nunca vistos.
Entonces, hace sentido que una dieta donde restringimos los carbohidratos altos en almidón y azúcares nos brinde solución para dichos problemas, puesto que el consumo excesivo de este macronutriente, en particular harinas, masas y productos procesados, combinado con una vida cada vez más sedentaria, es lo que nos ha llevado a generar los problemas antes descritos.
Luego de unos días llevando una alimentación keto, tu organismo habrá utilizado todas sus reservas de glucosa y, comenzará a utilizar grasas como su combustible principal.
Además, el hígado comenzará a producir cetonas o cuerpos cetones a partir de la grasa y ciertos aminoácidos, que permitirá al cerebro contar con una fuente de energía alternativa a la glucosa.
Esta es la razón por la cual se denomina a este estilo de alimentación dieta cetogénica, pues nuestro organismo produce cetonas.
Es muy fácil dejarse llevar por las tendencias del momento y cometer errores que te pueden llevar a retroceder en lugar de avanzar.
Es importante considerar que los efectos metabólicos de una dieta cetogénica en el largo plazo, aún no están claros. Los expertos creen que nuestro organismo podría desarrollar resistencia a los beneficios de este estilo alimentación cuando lo mantienes de manera continua.
Hace mucho sentido que, al mantener un mismo enfoque de manera permanente, nuestro organismo termine adaptándose y genere inflexibilidad metabólica.