El programa 28 días sin azúcar permitirá a tu organismo desintoxicarse del desajuste metábolico y hormonal que desencadenan el exceso de azúcar, carbohidratos refinados y productos procesados en tu dieta.
Al iniciar procesos de desintoxicación muchas toxinas estarán siendo liberadas en tu organismo para luego eliminarse, por lo cual es normal no sentirse al 100% y presentar algunos malestares, en especial durante los primeros 10 días. Estos malestares son lo que en inglés se llama the carbs flu, o gripe de los carbohidratos, que no es más que un síndrome de abstinencia, que podría generarse al dejar atrás estos elementos tan adictivos.
Aquí te dejo una lista de potenciales síntomas que podrías llegar a experimentar durante las primeras semanas mientras tu organismo se adapta a la ausencia del exceso de azúcar:
Si esto persiste y te preocupa, visita a tu doctor.
Llegar a este estado puede tomarte algunos días y, en algunos casos, un par de semanas. ¡Pero cuando llegues, sabrás lo que es sentirse bien! Sentirás que te quitaste un peso de encima (¡y quizás unos kilos también!), tu claridad mental aumentará, tu energía se incrementará, además de muchos otros beneficios. Y podrás pasar a la siguiente etapa del programa con mayor facilidad.
En mi blog El estrés no nos deja bajar de peso explico cómo el sistema nervioso puede afectar nuestra salud y llevarnos a subir de peso, en especial cuando sufrimos de estrés.
El estrés, es controlado por el sistema nervioso autónomo simpático, que controla la respuesta llamada Fight or Flight, es decir, la reacción que nos lleva a escapar o a luchar en momentos de peligro . La doctora Libby Weaver, renombrada experta en nutrición, llama a esta respuesta la zona roja. Por otra parte, está la llamada zona verde, que corresponde al sistema nervioso parasimpático, el cual controla procesos de descanso, reparación de nuestro organismo, reproducción y digestión.
A través de una combinación de señales nerviosas y hormonales, este sistema provoca que las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, liberen dos hormonas: adrenalina y cortisol. La adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial y aumenta el suministro de energía. El cortisol, la principal hormona del estrés, aumenta la glucosa en sangre, mejora el uso de la glucosa en el cerebro y aumenta la disponibilidad de sustancias que reparan los tejidos en el corto plazo y, suprime los procesos inflamatorios, lo que nos es de gran ayuda en situaciones de emergencias.
Sin embargo, cuando estamos expuestos a esta hormona por períodos prolongados, sus efectos son nocivos para nuestra salud, puesto que restringe las funciones no esenciales en una situación de peligro:
Es muy importante entender que cuando estamos en la zona roja nuestra respiración se vuelve entrecortada y utilizamos la parte alta del pecho para respirar, nuestros músculos se tensan y levantamos los hombros. Esta situación, mantiene activo al sistema nervioso autónomo simpático que controla el ciclo del estrés.
Cuando entramos en la zona verde nuestro organismo asume que está a salvo. En esta situación, se activa el sistema nervioso autónomo parasimpático, que le da prioridad a procesos como:
La zona verde se activa mediante la respiración diafragmática, es decir, la manera en que respiramos cuando estamos relajados o durmiendo.
Una caraterísitica de la respiración diafragmática es que el abdomen se eleva cuando inhalamos y luego cae lentamente cuando exhalamos.
El solo hecho de respirar bien activa la zona verde, en donde nuestro sistema asume que está a salvo, optando de esta manera, por la utilización de las reservas de grasa como combustible, generando una liberación sostenida y estable de energía, haciéndose mucho más factible el bajar de peso.
Es por esta razón, que muchas veces las recomendaciones que entrego a las personas que asesoro, tienen que ver con aprender a adoptar hábitos que fomenten la relajación en la vida diaria, además de mejorar sus hábitos alimenticios.
A continuación explico cómo realizar un ejericio de respiración llamado 4-7-8 que te permitirá crear el hábito de respirar de manera diafragmática y, así, permanencer más tiempo en la zona verde, además de aprender a desactivar la zona roja.
Estando de pie y con la columna recta, coloca la punta de la lengua en la parte superior trasera de los dientes delanteros y mantenla allí durante todo el ejercicio. Deberás exhalar a través de boca, alrededor de la lengua.
Incluye este ejercicio en tus rituales diarios y ponlo en práctica 3 veces al día en ciclos de 3 minutos cada uno. Por ejemplo, antes del desayuno, antes de almorzar y al momento de irte a la cama. Asimismo, realiza este ejercicio cada vez que sientas ansiedad o antojos por cosas dulces.
Te recomiendo que incluyas este ejercicio en tus rituales diarios, prácticalo todos lo días. A través de la experiencia repetitiva de sentir a través de tus manos como sube y baja el abdomen, te harás consciente de la sensación de respirar de manera diafragmática y te habituarás a respirar de esta manera. Y así, mientras más tiempo permanezcas en la zona verde, los procesos de estrés y ansiedad serán menos agudos y se te hará mucho más fácil el proceso de adaptación a dejar el azúcar y carbohidratos refinados.
No olvides descargar aquí tu guía práctica con más tácticas para combatir la ansiedad o, visita la sección de herramientas de ayuda.