El índice glucémico nos entrega información sobre la velocidad con la que un alimento aumenta la glucemia, es decir, la glucosa en sangre, que popularmente se conoce como azúcar en sangre.
La ingesta de hidratos de carbono provoca el mayor efecto sobre la glucemia, en particular cuando contienen almidón, pues el resultado de su metabolización es glucosa. En cambio, las proteínas y las grasas tienen un efecto mucho menor sobre la glucemia.
La base de comparación de este índice es la glucosa, al que se le da un valor de 100. Aquellos alimentos con valores superiores a 70 se considerarán de índice glicémico alto. Estos alimentos provocarían una subida rápida y de corta duración de la glucosa en sangre.
Y en los rangos más bajos, es decir, por debajo de 55, provocarían una subida de la glucemia lenta pero prolongada.
¿Por qué la sandía no genera alzas rápidas de glucemia?
La sandía, cuyo índice glucémico es de 75, debiese en teoría, elevar rápidamente la glucosa en sangre. Pero en la realidad esto no sucede así.
La razón es que el índice glucémico puede verse afectado por diferentes factores:
En el caso de la sandía, está compuesta por un 90% agua y, por lo tanto, su contenido de carbohidratos en gramos por porción es bajo.