Introducción

¿Por qué dejé el azúcar?

6 años atrás, me di cuenta, de que sin saberlo, me había vuelto adicto al azúcar. Pero no parecía realmente un adicto, que anduviera dándome atracones de cosas dulces, sin poder parar. Nada por el estilo. No agregaba azúcar ni edulcorantes al café, no consumía bebidas y mantenía una dieta vegetariana.

Me había vuelto un adicto encubierto

Sin darme cuenta, me había vuelto un adicto encubierto. Me escondía tras los llamados alimentos “saludables”, como granolas hechas sólo con ingredientes orgánicos, jugos prensados en frío y mucha fruta. Y esta situación, hacía las cosas más difíciles pues no me permitía tomar consciencia de los errores que estaba cometiendo en mi dieta “saludable”.

Tampoco consideraba la sobrecarga histórica de azúcar y productos procesados que había puesto en mi organismo durante el transcurso de mi vida, y que de manera lenta, pero segura, me habían llevado a generar inflexibilidad metabólica, cuyos síntomas comenzaron a manifestarse cuando tenía 38 años.

Por ejemplo, sufría de insomnio y mal dormir, no tenía energía, a pesar de que no comía grandes cantidades, había comenzado a acumular grasa abdominal, me hinchaba con bastante facilidad y pasaba períodos de estreñimiento, a pesar de incluir suficiente fibra en mi dieta. En un principio lo tomé como algo inevitable, estaba cerca de los cuarenta, debía ser algo normal. Pero cuando comencé a sufrir dolores articulares crónicos, supe que algo tenía que hacer al respecto.

Mi médico de cabecera me pidió realizar exámenes de sangre, los cuales resultaron alterados:

  1. Marcador autoinmune positivo.
  2. Proteínas C Reactivas elevadas, es decir inflamación general.
  3. Colesterol y triglicéridos elevados.
  4. Glucemia eleveda, casi a nivel prediabético.

Todos estos síntomas apuntaban a algo ¿pero a qué?

Me tomé pruebas adicionales, donde, lamentablemente no se pudo identificar la causa raíz que gatillaba la inflamación. Frente a ese escenario mi única opción era tomar píldoras antiinflamatorias hasta que la inflamación disminuyera.

En vista de que la medicina no había podido entregar respuestas a mis problemas que se habían vuelto crónicos, decidí recuperar mi salud a través de la alimentación. Me tomó un largo tiempo, muchas horas de lectura e investigación y, finalmente, una certificación formal como Coach en alimentación y salud integrativa, para volver a sentirme bien, en donde dejar el azúcar y sus derivados, fue clave para recuperar mi salud y bienestar.

El Método Kinu®

Así se fue gestando el Método Kinu®  a través del cual he ayudado a cientos de personas en más de 8 países a recuperar si salud y bienestar.

El Método Kinu® es una manera estructurada, reflexiva y analítica que te permitirá realizar cambios en tu vida a partir de la alimentación, salud intestinal y estilo de vida. Porque solo así es posible contar con salud física, capacidad anímica y claridad mental para implementar los cambios necesarios para alcanzar tu mejor versión.

El programa 28 días sin azúcar no es una dieta, ni una tendencia, ni una solución rápida. Es una manera holística de ver la vida, que abarca todos los elementos relacionados con la comida, el movimiento y una mentalidad saludable.

No hagas de este programa tu destino, sino más bien el comienzo de un viaje hacia una vida mejor, donde podrás entender de manera experiencial, lo que el alimento te produce a nivel físico, emocional, mental y espiritual. De esta manera, podrás implementar un cambio de alimentación permanente en tu vida.

Te doy la bienvenida a tu programa 28 días sin azúcar.