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Guía práctica para reducir tu exposición a pesticidas.

Guía práctica para reducir tu exposición a pesticidas.

Ya estamos en verano, empezando el nuevo año y para muchos, es nuestra estación favorita. Hace calor y tenemos expectativas altas de lo que sucederá en el nuevo año.

También es la mejor época para consumir frutas y verduras, alimentos que nos entregan muchos beneficios. En especial cuando los consumimos de manera estacional.

Pero con la excesiva e intensiva utilización de pesticidas y fertilizantes artificiales, en particular en Chile, nuestra exposición a pesticidas peligrosos aumenta de manera considerable. Y considerando las enfermedades asociadas a este tipo de químicos, como el cáncer e infertilidad, es recomendable minimizar nuestro contacto con pesticidas.

¿Has escuchado hablar de The Environmental Working Group?

Ellos son un grupo norteamericano que dedican su tiempo, esfuerzo y recursos, en educar a la población sobre los químicos presentes en nuestra alimentación, cosméticos, artículos de limpieza y otros productos de uso diario que pueden terminar dañando nuestra salud.

Cada año, el grupo publica una lista de las frutas y verduras que más pesticidas acumulan, llamada The dirty dozen o la docena sucia y un segundo listado con las opciones que presentan menos residuos tóxicos bajo el nombre Clean fifteen o Los 15 limpios. Esta guía nos ayuda de manera práctica a reducir nuestra exposición a pesticidas al entregarnos información relevante para nuestras decisiones de compra.

Una excelente guía para reducir nuestra exposición a pesticidas

El objetivo de estas publicaciones es que las utilicemos como una guía para realizar nuestras compras de verduras y frutas de la manera más consciente y segura posible.

La recomendación es que para todas aquellas opciones presentes en la lista Dirty dozen prefiramos producción orgánica. Y para los alimentos incluidos en la lista Clean fifteen, no es necesario preocuparse si nuestro presupuesto no nos alcanza para comprar en formato orgánico. Podemos optar por producción convencional sin mayores preocupaciones.

Como reducir tu exposición a pesticidas en alimentos que no están en las listas

Para tomar una decisión de compra responsable respecto de aquellas frutas y verduras que no se mencionan en ninguna de las listas, mi recomendación es la siguiente:

  • Si consumes de manera regular: prefiere producción orgánica o libre de pesticidas. Compra en la feria y averigua con los locatarios acerca de sus prácticas de cultivo.
  • Si consumes de manera esporádica: puedes optar por producción convencional si tu presupuesto no alcanza para producción orgánica.
    Antes de consumir tus vegetales, sigue el siguiente procedimiento que te ayudará a remover parte de los residuos de pesticidas (puedes encontrar más información aquí):

     

    • Perepara una solución de bicarbonato de sodio y agua. Utiliza una cucharadita de té de bicarbonato de sodio por 2 tazas de agua.
    • Remoja tus frutas y verduras por 15 minutos.
    • Descartar la solución y lavar las frutas y verduras con agua corriente

Dirty Dozen y Clean Fifteen. Tu guía traducida al español para reducri la toxicidad de tus alimentos.

Aquí te dejo las dos listas traducidas al español. Y, a pesar de que las muestras se realizan en Estados Unidos, éstas son representativas de lo que sucede en nuestro país, pues en Chile utilizamos las mismas tecnologías agropecuarias que en el país norteamericano.

The dirty Dozen o la docena sucia

  1. Frutillas: 1/3 de todas las frutillas analizadas, cultivadas de manera convencional, contenían 10 o más diferentes tipos de pesticidas. Incluso una muestra arrojó residuos de más de 22 pesticidas.
  2. Espinaca: 97% de las muestras analizadas, cultivadas de manera convencional, contenían residuos de pesticidas, con altos niveles de un pesticida con efectos neurotóxicos llamado permethrin.
  3. Duranznos nectarines: cerca del 94% de las muestras contenían al menos 2 tipos de pesticidas, con una muestra que presentó más de 15 tóxicos.
  4. Manzanas: 90% de las manzanas presentaron residuos de pesticidas. El 80% contenía dyphenilamine, un tipo de pesticida prohibido en Europa.
  5. Uvas: más del 96% de las muestras uvas presentaron residuos de pesticidas. En promedio se encontraron más de 5 tipos de químicos.
  6. Damascos: en promedio se encontraron 4 diferentes tipos de tóxicos. Más del 99% de los damascos analizados contenían residuos de pesticidas.
  7. Guindas: 30% de las muestras de guindas contenían iprodione, un pesticida prohibido en Europa. En promedio, las muestras arrojaron la presencia de 5 tipos de pesticidas.
  8. Peras: más del 50% de las peras analizadas contenían 5 o más residuos de pesticidas. La concentración de estos pesticidas en las muestras, resultó ser relativamente alta.
  9. Tomates: en promedio se detectó más de 4 pesticidas diferentes en las muestras de tomates.
  10. Apio: más del 95% de las muestras de apio contenían residuos de pesticidas. En una muestra se detectó más de 15 diferentes tipos de tóxicos.
  11. Papas: las papas cultivas de manera convencional arrojaron la mayor concentración de pesticidas por peso que cualquier otro cultivo.
  12. Pimentones (pimientos): aproximadamente 90% de las muestras testeadas contenían pesticidas. Los pimentones presentaron la menor cantidad de pesticidas en la lista, pero los de mayor toxicidad.

Clean Fifteen o los 15 limpios:

  1. Paltas (aguacates): menos del 1% de los aguacates convencionales dieron positivo para pesticidas y sólo se encontró un tóxico en las 360 paltas muestreadas.
  2. Choclo dulce (maíz dulce): menos del 2% de la muestra tenía residuos de pesticidas, sin embargo, se detectó que parte de ésta estaba genéticamente modificada, por lo que es mejor comprar productos orgánicos si desea evitar los productos transgénicos.
  3. Piñas: el 90% de las piñas cultivadas convencionalmente no contenían residuos de pesticidas detectables y sólo se encontraron 5 pesticidas diferentes en más de 350 muestras.
  4. Repollo (coles): de las 700 piezas analizadas, solo 2 contenían más de 1 plaguicida y el 86% no contenía ninguno.
  5. Cebollas: menos del 10% de las cebollas convencionales contenían residuos de pesticidas y en general, no se encontraron más de 3 tóxicos.
  6. Arvejas congeladas: solo se detectaron 2 pesticidas diferentes en las muestras, con aproximadamente el 80% de las arvejas sin residuos de pesticidas detectables.
  7. Papayas (no se refiere a la papaya chilena): el 80% de las papayas convencionales no presentaron residuos de pesticidas detectables. En casi 750 muestras, no se encontraron más de 3 pesticidas diferentes.
  8. Espárragos: el 90% de las muestras de espárragos convencionales no tenían pesticidas detectables, con no más de 3 pesticidas detectados en general.
  9. Mangos: el 78% de las muestras no presentó residuos de pesticidas, y sólo se detectaron 2 tipos de químicos.
  10. Berenjenas: alrededor del 75% de las berenjenas convencionales que se analizaron estaban libres de pesticidas.
  11. Melón tuna: aproximadamente la mitad de los melones cultivados de forma convencional muestreados no tenían residuos de pesticidas. No más de 4 pesticidas y productos de degradación fueron detectados.
  12. Kiwis: el 65% de los kiwis de la muestra no tenían pesticidas. Se encontraron 6 pesticidas diferentes en general.
  13. Melón calameño: solo el 10% de las muestras contenían más de 1 pesticida y más del 60% estaban libres de pesticidas.
  14. Coliflor: aproximadamente el 50% de la coliflor cultivada convencionalmente no contenía residuos de pesticidas y solo se detectaron 3 tipos de pesticidas.
  15. Brócoli: el 70% de las muestras de brócoli no tenían residuos de pesticidas y solo 1 de cada 10 contenía más de 1 pesticida.

Comienza el 2019 con un cambio en tu alimentación

 

El año nuevo es época de resoluciones y objetivos y, qué mejor que decidir realizar un cambio, dejando de lado los procesados y el azúcar para siempre. Y así, recuperar tu salud, terminar con la hinchazón, colon irritable, perder peso y recuperar tu energía. Inscríbete en mi curso online Reboot digestivo® y logra el cambio que has anhelado.

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10 Consejos para celebrar un Año Nuevo de forma saludable

10 Consejos para celebrar un Año Nuevo de forma saludable

10 Consejos para celebrar un Año Nuevo de forma saludable 1

Las festividades de fin de año son una excelente oportunidad para celebrar todo lo bueno que nos pasó durante el año, junto a nuestros amigos, familia y seres queridos, y dejar atrás lo que ya no nos sirve.

Para muchos es también una ocasión de gran estrés, es el cierre de año en el trabajo, fin del año escolar y un sin fin de celebración y se nos hace muy difícil mantener una alimentación equilibrada.

Como ya sabes si has leído mi blog, el estrés contribuye al sobrepeso o a no poder perder esos kilos de más, contribuyendo negativamente en nuestra autoestima. (más…)

Verduras crudas versus cocidas ¿qué es mejor?

Verduras crudas versus cocidas ¿qué es mejor?

Últimamente, las dietas de verduras crudas han estado recibiendo mucha atención. Muchos afirman que comer alimentos crudos se traduce en más nutrientes, pues al cocinar las verduras, se destruyen las enzimas, vitaminas y minerales presentes en estos alimentos.

Por otro lado, hay quienes aseguran que los alimentos cocidos son más fáciles de digerir y, por lo tanto, son más saludables.

Entonces ¿Cómo debemos comer nuestras verduras? ¿Crudas o cocidas? (más…)

Consejos para evitar hinchazón y colon irritable

Consejos para evitar hinchazón y colon irritable

colon irritable Son muchas las personas a las que les sucede lo siguiente, despiertan en la mañana con el abdomen plano, y luego de ingerir la más mínima porción de alimento y/o líquidos, comienzan a ver como su abdomen se expande hasta llegar a un tamaño incómodo y muchas veces doloroso. Inevitablemente pensamos en colon irritable. ¿Te ha pasado alguna vez? (más…)

¿Comer o no comer carne? Carnes naturales vs. Convencionales

¿Comer o no comer carne? Carnes naturales vs. Convencionales

Para tener una vida sana; ¿se debe comer carne? Comer o no comer carne, es una de las preguntas que ha querido responder la ciencia. El tema tiene simpatizantes y detractores. Sin embargo, aunque la OMS tiene a las carnes rojas en el grupo 1 de los alimentos que pueden producir distintos tipos de cáncer, es importante señalar que se refiere a las carnes rojas procesadas y que manteniendo una dieta balanceada y equilibrada, ésta entrega Vitamina B12, proteínas y otras sustancias necesarias para nuestro organismo.

Entonces, es importante que conozcamos las virtudes y diferencias entre las carnes naturales y las convencionales.

El papel de los rumiantes en la fertilidad de la tierra

El rol de los rumiantes en las carnes naturales en el ecosistema es diferente. Aunque suene y parezca extraño, las plantas los usan como transportador de sus semillas. Éstas -a su vez- contienen protecciones químicas que impiden su digestión y el rumiante, a través de sus deposiciones va plantando las semillas, además de fertilizar la tierra debido al alto contenido de nitrógeno, fósforo y potasio. Es así, que los rumiantes cumplen un rol fundamental en la regeneración de suelos y praderas, apoyando en el desarrollo de la capa fértil de la tierra, llamada humus, año a año.

El feedlot o engorde, no sólo genera sobrepeso en los animales

En la vereda de las carnes convencionales, los rumiantes permanecen en feedlots, como se llaman a los lugares donde se alimenta al ganado de manera confinada. Estos espacios aparecen en EEUU en la década de los 50, y permitió asegurar la producción con importantes ganancias. Uno de ellos, fue la posibilidad de alimentar grandes cantidades de ganado en espacios reducidos, aumentando así la producción de carne y haciendo el proceso mucho más eficiente. Basado en el principio de acelerar el crecimiento del animal (en 1 año), a través de un aumento calórico de la alimentación por el uso de cereales, hormonas de crecimiento y antibióticos, es que el sistema de feedlot, permitió el aumento del consumo y la baja en los precios.

¿Cuál es el problema que podemos dilucidar de esto? Es que al igual que los seres humanos, el organismo del animal no está diseñado para alimentarse de cereales.

Los cereales y legumbres, como el maíz y la soya, aumentan de manera espectacular la taza de crecimiento de los animales y la producción de leche; pero este tipo de alimentación los destruye, ya que el delicado equilibrio bacteriano del rumen de estos animales se acidifica y pudre. Por otra parte, el exceso de energía de estos alimentos más el uso de antibióticos y hormonas, se almacena como grasa y genera el famoso marmoleo de las carnes, que además de intoxicar al ganado y a quien lo consume, produce una carne baja en vitaminas. ¿Cómo lo notamos? La presencia de grasa blanca, indica la ausencia de antioxidantes.

Resistencia a los antibióticos – La carne convencional nos está matando de manera indirecta

Además de lo anterior, y por si no lo sabías, se estima que cerca del 80% de nuestra exposición a antibióticos es a través de las carnes, pescados como el salmón de cultivo y aves. Las bacterias patógenas comienzan a volverse resistentes a los antibióticos y, por ejemplo, en el estado de Victoria en Australia, este problema es considerado una amenaza a la salud de la población. Esto se debe a que se han dado casos de infecciones comunes en donde los antibióticos convencionales ya no dan resultados, en gran parte, producto de lo que comemos.

Así mismo, los antibióticos presentes en los alimentos, van destruyendo la microbiota intestinal, supra organismo fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.

Ganadería de pradera regenerativa

Con lo anterior, parece obvio que se recomiende preferir las carnes de libre pastoreo, y más aún si vienen de praderas regenerativas, es decir, intentando emular el papel que juegan los rumiantes salvajes en la salud de la capa fértil de la tierra, a través de la rotación del ganado en diferentes praderas. Esto permite que las deposiciones del animal fertilicen el humus, y así, se vayan regenerando los suelos, con todas las consecuencias positivas que eso conlleva.

Ventajas de las carnes naturales vs. carnes convencionales

Estas carnes naturales, provienen de animales que han sido alimentados solo con pasto y equivalentes. No usan antobioticos ni hormonas, su crecimiento es natural (2 años aproximandamente). Este tipo de carne se caracterizan, además, en que:

  1. Es magra, es decir, el contenido graso es mucho menor que el de carnes convencionales
  2. Es de color rojo oscuro
  3. El contenido graso es de color amarillento, lo que indica presencia de antioxidantes (betacaroteno) provenientes del pasto
  4. Contiene ácidos grasos Omega – 3, vitaminas B6 y E
  5. Los animales pasan toda su vida pastando en praderas, en lugar de estar confinados en espacios insalubres.

¿Comer o no comer carne? Carnes naturales vs. Convencionales 2

Carne orgánica no es lo mismo que Libre Pastoreo

Si está leyendo esto y estás tranquilo porque comes carne orgánica, hay que estar atento porque ésta puede provenir de animales en feedlots que han sido alimentados con cereales orgánicos. Los beneficios de la carne orgánica para obtenerlos, deben provenir de animales alimentados de manera natural en praderas que hayan sido certificadas como orgánicas.

La carne natural es más cara, sin embargo puedes balancear tu presupuesto

¡Y si piensas que la carne Natural es muy cara! Estás en lo cierto, pero nunca debió ser económica. Estamos hablando de un ser vivo que nos ha entregado su vida para nutrirnos y, por lo tanto debemos asegurarnos de que tenga la mejor vida posible. Además, no necesitamos la cantidad de carne que consumimos actualmente, ni tampoco la frecuencia con la que la comemos.

Es así que una buena manera de reducir las porciones de carne, es teniendo como referencia la palma, y aprovechar todo lo que el animal nos entrega, privilegiando los cortes más nutritivos, que tienden a ser los más económicos, como el osobuco, tapapecho, posta paleta, corazón, hígado y patas.

Consumir carne – una decisión personal

Finalmente, asegurarles que el consumo de carne es una decisión personal. Si decides incluirla en tu dieta y la de tu familia, es importante hacerlo de la manera más consciente posible, y sin duda, las carnes de libre pastoreo de ganadería regenerativa es una de las mejores alternativas.

Yo recomiendo las carnes de Carnes Manada – ganadera chilena, certificada como Empresa B, que busca transformar al campo chileno en un espacio de desarrollo sostenible, buscando poner en el centro a las personas, el medio ambiente y los animales.

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¿Qué es lo que está mal con el gluten?

¿Qué es lo que está mal con el gluten?

Por qué el gluten hace mal

¿Qué es  lo que está mal con el gluten?

Actualmente se habla mucho del gluten, muchos dicen que nos hace mal y, que es una da las causas de las enfermedades inflamatorias crónicas que hoy están en crecimiento, como el Alzheimer y la tiroiditis de Hashimoto entre otras. Otros dicen, que el porcentaje de la población que reacciona al trigo es muy bajo y que toda la información que apunta al trigo es mejor ignorarla, pues llevamos 10,000 años consumiéndolo.

¿Qué es el gluten?

El gluten es un conjunto de proteínas presentes en el trigo en sus diferentes formas (trigo, espelta, durum, emmer, sémola/semolina, farina, farro, Graham, khorasan, einkorn, etc), centeno, cebada y triticale (cruce entre el trigo y el centeno).
El gluten, gracias a sus características, se utiliza ampliamente en la industria alimentaria, para la producción de alimentos procesados (productos con sabor a alimentos), pues ayuda a que estos productos mantengan su forma, actuando como un pegamento que mantiene unidos a los alimentos.

Además de sus caracterísitcas culinarias, el gluten es muy conocido por razones menos felices, que incluye algunas enfermedadas asociadas a su consumo, siendo la más estudiada, la celiaquía.

The Celiac Disease Foundation (celiac.org) define esta difícil enfermedad como un trastorno autoinmune grave, que puede ocurrir en personas genéticamente predispuestas donde la ingesta de gluten provoca daños en el intestino delgado. Se estima que afecta a 1 de cada 100 personas en todo el mundo y, sólo en Estados Unidos, dos y medio millones de estadounidenses están sin diagnóstico y corren el riesgo de complicaciones de salud a largo plazo.

Enfermedades relacionadas con el gluten

La enfermedad celíaca puede ser difícil de diagnosticar porque afecta a las personas de manera diferente. Hay más de 200 síntomas que se pueden asociar a esta enfermedad, desde problemas gastrointestinales a depresión. Algunas personas desarrollan la enfermedad celíaca cuando niños, otras como adultos. La razón de esto aún se desconoce.

Los síntomas más comunes (en adultos) incluyen:

  • anemia inexplicada por deficiencia de hierro
  • fatiga
  • diarrea crónica
  • dolor de huesos o articulaciones
  • artritis
  • osteoporosis u osteopenia (pérdida ósea)
  • trastornos del hígado y de las vías biliares (transaminitis, hígado graso, colangitis esclerosante primaria, etc.)
  • depresión o ansiedad
  • neuropatía periférica (hormigueo, entumecimiento o dolor en manos y pies)
  • convulsiones o migrañas
  • períodos menstruales perdidos
  • infertilidad o aborto involuntario recurrente
  • aftas en la boca
  • dermatitis herpetiforme (erupción cutánea con picazón)

Hasta 30% de la población podría ser sensible al gluten

Algunas personas experimentan síntomas muy similares a los de la enfermedad celíaca, sin embargo, los resultados de los exámenes no confirman el diagnóstico de celiaquía. Los términos sensibilidad al gluten no celíaca y sensibilidad al trigo no celíaca se utilizan generalmente para referirse a esta condición, cuando la eliminación del gluten de la dieta, sí resuelve los síntomas.

Se estima que la población impactada es igual o incluso excede el número de individuos con enfermedad celíaca (la gran mayoría de los cuales permanece sin diagnosticar). Y, de acuerdo al doctor David Perlmutter, este porcentaje podría alcanzar el 30% de la población.

Leaky gut o Permeabilidad Intestinal

El gluten inhibe la acción de las enzimas, pudiendo causar muchos problemas intestinales y también pudiendo contribuir a lo que en medicina funcional se denomina: intestino permeable. Cuando consumes gluten, éste pasa por tu estómago, llegando al intestino delgado, donde, gracias a la investigación del doctor Alessio Fasano, hoy sabemos que estimula la liberación de zonulina, químico que envía la señal a las paredes del intestino para que éstas se abran, generando permeabilidad intestinal (National Center for Biotechnology Information).

¿Qué es lo que está mal con el gluten? 3

La glándula Tiroides

Para empeorar las cosas, y de acuerdo a la doctora Amy Myers, el gluten tiene una estructura de proteínas muy similar a la de la glándula tiroides, tan similar, de hecho, que nuestro sistema inmunitario puede llegar a creer que son uno y el mismo. Así que cada vez que comes gluten, tu intestino, que se ha vuelto permeable, permite el paso de partículas de esta proteína, que tu sistema inmune ataca, y de paso, ataca también a la glándula tiroides, generando una reacción autoinmune denominada Tiroiditis de Hashimoto. Este es un fenómeno llamado mimetismo molecular, o dicho de una manera más simple, un caso de identidad equivocada.

Por estas razones, la doctora recomienda que todos los pacientes de Hashimoto eliminen definitivamente el gluten. Es importante destacar, que aún no existe evidencia suficiente que identifique al gluten como la causa raíz de la tiroiditis de Hashimoto, sin embargo, muchas personas que sufren de esta condición, al cambiar su estilo de alimentación, por uno basado en alimentos reales, libres de productos procesados, azúcar y, gluten, presentan mejoras en su condición.

La Revolución Verde nos jugó una mala pasada

Nuestros ancestros comenzaron a incorporar trigo en la dieta hace aproximadamente 10 mil años. Muy poco tiempo si lo comparamos con los 2,5 millones de años durante los cuales sólo consumimos vegetales, frutas, raíces, frutos secos y semillas y carne.

Durante este tiempo, nuestro sistema inmunitario se fue adaptando a las proteínas presentes en el trigo, sin embargo, en la década de los 50 y 60, la cosecha de trigo en el mundo se transformó, a través del movimiento llamado “revolución verde”, liderado por Norman Borlaug, norteamericano quien fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por resolver el problema de la hambruna en el mundo.

Borlaug fue pionero en la creación de nuevas especies “mejoradas” de trigo semi-enano que, junto con los fertilizantes y pesticidas complementarios, aumentaron espectacularmente el rendimiento de este cereal. Esta asombrosa nueva tecnología agrícola fue propagada en todo el mundo por compañías como Dupont y Monsanto.

Al igual que la revolución de la molienda que nos trajo la harina blanca, muy útil en términos culinarios, sin embargo, carente de nutrientes, la revolución verde aplicó nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y la producción, incluyendo la utilización de radiación y químicos apara mutar las semillas de trigo, con poco o ningún respeto en cuanto al efecto sobre la nutrición humana. Hay que destacar la buena intención de quienes lideraron este movimiento, no obstante, hoy estamos descubriendo algunas consecuencias no deseadas.

De acuerdo al Dr. William Davis, autor del libro titulado Wheat Belly, el trigo que compramos hoy en día, no es trigo. Esta pequeña y rechoncha planta de alto rendimiento, es un pariente lejano del trigo que nuestras madres usaban para hornear pan, absolutamente diferente en términos genéticos y bioquímicos al trigo de hace apenas 40 o 60 años.

Y ahora la ciencia está comenzando a conectar el trigo moderno con todo tipo de enfermedades digestivas e inflamatorias crónicas, pues nuestro sistema inmunitario, que llevaba 10,000 años adaptándose al trigo, no sabe reconocer esta nueva versión que cambio de la noche a la mañana, desde un punto de vista evolutivo. Y, en base a mi experiencia personal y de las personas que he asesorado, esto me parece cierto.

Hay que recordar, que el trigo es una hierba y, las semillas, son el equivalente a sus crías. Las plantas son muy inteligentes, al no poder desplazarse, han creado un sistema extremadamente eficiente para perpetuar su especie. Han hecho que sus semillas sean prácticamente imposibles de digerir, protegiéndolas con elementos químicos como las lectinas, saponinas, fitatos y otros. Entonces, cuando un animal se las come, primero que nada, las transporta, y segundo, al no poder digerirlas, las siembra a través de sus deposiciones ricas en nitrógeno, potasio y fósforo. Bueno, estas defensas químicas son altamente inflamatorias e irritantes para nuestro sistema digestivo y pueden llegar a interferir con la correcta absorción de nutrientes.

Otra manera de verlo, es que pienses todos los procesos que debemos realizar para consumir el trigo. Debemos cosecharlo, luego molerlo en una fina harina. Después de esto debemos mezclarlo con agua, fermentarlo, hornearlo y recién ahí lo podemos digerir, y no sin dificultad. ¿Quien no se ha hinchado luego de comerse un pedazo de pan blanco?

Consumimos un exceso de trigo sin necesariamente saberlo

Pero el problema no termina ahí, debido a las peculiares características del gluten, que actúa como un pegamento, es utilizado ampliamente en la industria alimentaria de manera funcional, y no para nutrirnos. Por ejemplo, el pan de molde, que naturalmente contiene gluten al estar hecho de harina de trigo, se le agrega gluten de manera adicional para hacerlo más esponjoso y estable. Y, existen muchos otros productos, que, sin siquiera imaginarlo, pueden contener gluten, tales como:

  • Salsa de tomate
  • Ketchup
  • Salsa de soya
  • Aderezos para ensaladas
  • Mayonesa
  • Queso crema
  • Helados
  • Play dough
  • Dulces y caramelos
  • Sopas enlatadas
  • Vitaminas, medicinas y productos farmaceuticos

Sumado a esto, consumimos un exceso de carbohidratos provenientes de cereales, en particular del trigo. No es inusual, por ejemplo, que al desayuno comamos pan, luego a media mañana una barrita de cereal o un muffin, después al almuerzo un sándwich y quizás al final del día una ensalada de cous cous (sub producto del procesamiento del trigo con un índice glucémico de 70). ¡Y este menú puede repetirse varias veces en la semana!

Como vez, nuestra vida moderna se ha visto sobrecargada de trigo y, por lo tanto de gluten. ¿No será por eso que nos sentimos tan mal?

Si quieres sanar el intestino, no basta con dejar el gluten

Cuando nuestro intestino ya está dañado y, muy probablemente, la microbiota intestinal alterada, no basta simplemente con dejar el gluten, pues hay muchos otros alimentos/productos que forman parte de nuestra alimentación actual, que promueven la inflamación e impiden una total recuperación del intestino. En particular el exceso de azúcar, harinas sustitutas del trigo (arroz, maíz etc), carbohidratos refinados y aceites vegetales refinados. Todos ingredientes comunes de los productos sin gluten.

Cómo sentirnos mejor

La mejor manera de comprender si el trigo y sus proteínas nos hacen mal, es eliminarlo de tu dieta e implementar un estilo de alimentación basado en alimentos reales en conjunto con un estilo de vida donde predomine el movimiento físico y el buen manejo del estrés.

Si sospechas de que podrías estar sufriendo de celiaquía, te recomiendo que antes de dejar el gluten, consultes con tu médico para organizar los exámenes correspondientes y confirmar la condición.

Si los exámenes arrojan un resultado negativo o bien, decides no realizarte los exámenes, puedes determinar si el trigo te genera problemas de manera empírica, es decir eliminándolo de tu dieta para luego reincorporarlo y así comprobar su efecto en tu organismo.

Cómo te puedo ayudar

Son cientos las personas que han recuperado su salud, vitalidad y bienestar a través del Método Kinu® en donde el programa ideal para sanar el intestino es el Reboot digestivo®. A continuación te dejo 3 opción con las que te puedo ayudar:

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